jueves, 18 de octubre de 2012

Mi Camino de Santiago

El presente diario recoge las impresiones de mi Camino de Santiago realizado del 17 al 21 de septiembre de 2012 entre las localidades de Ponferrada y Sarria.

 

Lunes 17/09/2012 16:00 Autobús a Ponferrada

 

Salvo desgracias, un viaje no puede empezar peor. He perdido el autobús de las 9:30. Lo he visto salir, le he hecho señas al conductor pero no se ha detenido. Mal rollo. Vuelta a casa en metro y a esperar un nuevo bus. Esta vez si lo he pillado.

Dice un afamado bloguero que no entiende como en España, con la que está cayendo, el servicio es tan malo y la gente tan poco amable. La Estación Sur de Autobuses de Madrid es un buen ejemplo: caras largas, monosílabos tono de “no me molestes”.

El caso es que el bus ya está en marcha. El retraso me obliga a replantear las etapas del viaje si es que en algún momento las he tenido claras. Esta noche dormiré, creo, en el albergue de Ponferrada y mañana ya veremos. Las comunicaciones no son buenas y mi idea es tomar un “Tren-Hotel” nocturno en Sarria, provincia de Lugo, la noche del viernes. Total cinco noches y cuatro días de marcha. Un dolor en el pié derecho (sobrecarga metatarsiana o clavo) hace que todo esté en duda. ¿Cuánto aguantaré?

El bus va medio vacío pero se ha sentado a mi lado una chica negra americana. Me ha parecido buen modo de comenzar el viaje pegar la hebra con ella, pero la chica no es del mismo parecer. En una breve conversación me ha informado de que va a Bembibre. Me ha resultado insólito y ella me ha explicado que juega en el equipo de baloncesto local. De hecho, la chica es enorme así como sus dos amigas que la acompañan. Tres la corta plática hemos dejado de hablar.

Este viaje me recuerda inevitablemente al que realicé a Etiopía hace algo más de un año. Escribiendo el diario en el bus y sin tener la certeza de cómo iba a acabar cada jornada. Entonces la máxima era: cada día pasa algo inesperado. Este será distinto, no hay duda. Menos sorpresas y de distinto tipo. Pero viajando solo estás más expuesto al mundo y habrá sorpresas sin duda. Como empezar con seis horas de retraso.


martes, 9 de octubre de 2012

Sr. Hu

Entonces, estamos de acuerdo, señor Watson, quiero decir señor Hu. Disculpe, pero no consigo acostumbrarme a su nombre chino. No diré nada de su existencia. Nadie sabrá por mí que está usted aquí. Es una lástima porque la información es de sumo interés y sería fantástico que pudiera usted acompañarme a América, pero comprendo su punto de vista. La ética y la intimidad son sagradas para un periodista.

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